Las
muertes de dos famosos generales españoles están bajo sospecha. Las
versiones oficiales cada vez merecen menos crédito. Las últimas
investigaciones nos hacen sospechar sobre las tramas de conspiración
que pudieran estar detrás de estos sucesos.
Quizá la historia de España
hubiera cambiado de no haber ocurrido el atentado mortal contra el
general Prim. La versión oficial dice que Prim fue asesinado por
varios tiros de arcabúz, realizados al paso de su berlina de
caballos. En la calle del Turco, en Madrid, en la navidad de 1870,
bajo una intensa nevada, varios embozados esperaban la llegada del
carruaje del Primer Ministro español y se abalanzaron contra el
coche de caballos disparando incesantemente. La muerte de Prim dejaba
sin apoyos al nuevo rey, Amadeo de Saboya, que se disponía a reinar
según los criterios de una monarquía parlamentaria. Hoy sabemos que
los políticos del momento mintieron oficialmente, aseverando que
Prim había muerto tres días después. Ninguno de los disparos
afectó a órganos vitales. Sin embargo, según la autopsia que se
acaba de hacer a la momia de Prim, hubo una bala que le originó una
fuerte hemorragia que acabó con su vida en ese mismo instante. ¿De
dónde provenía esa bala? Todavía no lo sabemos. Sí sabemos que
este asesinato estaba organizado por los principales poderes del
Estado Español, que son los que se encargaron de difundir todo tipo
de mentiras y de ocultar las pruebas. La monarquía democrática
fracasó.
Fotografía de Sergio Casi |
Otro general moriría unos años
después cerca de Abárzuza. En la batalla del Alto Muru (junio de
1874), una bala demasiado certera, derribó del caballo al general
Concha. En ese lugar un monolito recuerda el suceso. La versión
oficial dice que el disparo lo hicieron los carlistas. En Eraul, no
se lo creen. Los abuelos pasan a sus hijos y nietos que a Concha lo mataron
sus propios hombres. ¿Había un móvil para este asesinato? Parece
que sí. Concha era un general a las órdenes del gobierno de la I
República Española. Como la mayoría de los militares de ese
momento no creía en los republicanos y conspiraba para entregar el
poder a Alfonso XII. Así que bien los republicanos, como los
conspiradores del borbón temerosos del poder que podría conseguir
Concha, podían tener motivos para matar a tan heroico oficial. No
cabe duda, de que es muy difícil de explicar que una bala, disparada
desde las trincheras carlistas, a casi mil metros de distancia
pudiera acertar en el blanco con tanto éxito. Necesitaríamos una
nueva autopsia y quizá nos encontráramos con grandes sorpresas. Es
probable que como en el caso de Prim, la versión oficial esté llena
de mentiras.
Monumento a Concha. Muru-Abárzuza. Foto de S. Casi |