domingo, 19 de diciembre de 2010

1512, el saqueo de Estella. Parte II


Ante el avance hacia Pamplona, del fuerte ejército franco-navarro que quiere restituir al rey legítimo Juan de Labrit, los ciudadanos de Estella y su merindad se sublevan contra los españoles. La nobleza de la región junto con los resistentes del castillo Mayor se hacen con la ciudad de Estella y las principales fortalezas del entorno. La reacción de los castellanos es contundente realizando un ataque combinado a la ciudad del Ega. La lucha es muy intensa en distintos escenarios de nuestra ciudad.
Conquistado el reino de Navarra por las tropas españolas, el castillo Mayor de Estella era uno de los pocos que resistían.
Al parecer, el mariscal de Navarra, huyó de Logroño y pasó por Estella para organizar la sublevación. Los nobles de la merindad, Baquedano (Améscoa) y Vélaz de Medrano (Igúzquiza y Learza) reclutan tropas durante todo el día cuatro de octubre de 1512 y acuden a ocupar la ciudad. Los encerrados en el castillo descienden y consiguen entrar por las principales puertas de la ciudad. A la vez las tropas de los Learza y San Martín confluyen en la ciudad del Ega al grito de ¡Navarra, Navarra! ¡viva el rey don Juan! Las tropas castellanas se refugian en Santo Domingo y la fortaleza de San Miguel ( hay que recordar que el burgo de San Miguel estaba controlado por la familia burguesa de los Eguias que eran pro castellanos del bando Beaumontés). En la merindad los legitimistas consiguen controlar las principales fortalezas. Se hacen con el palacio de Cábrega que pertenecía a la familia del mariscal. Controlan también el importante castillo de Salinas de Oro. Ocupan el castillo de Monjardín y la fortaleza de la antigua iglesia templaria de Aberin. Las tropas castellanas acantonadas en Estella, negocian abandonar la ciudad. Para entonces los navarros legitimistas controlan ya la zona media y norte de la merindad de Estella, la Baja Navarra (excepto Donibane), el Roncal y las villas de Olite y Tafalla. Un gran ejército con el rey don Juan y el príncipe Francisco de Francia (Delfín y futuro rey Francisco I) avanza lentamente sobre Pamplona. Lo principal del ejército español, al mando del Duque de Alba está en retirada, desde San Juan de Pie de Puerto, en un intento desesperado de llegar antes a Pamplona y encerrarse en la ciudad.

La reacción castellana, en Tierra Estella, es espectacular. Lo principal de su ejército acude a someter a Estella, hasta cuatro mil soldados entre riojanos, alaveses y navarro-beaumonteses. Tropas de Logroño y Vitoria consiguen reunirse en Villatuerta, comandados por Juan López de Lazkao y los parientes, hermano y primo del conde de Lerín, Pedro de Beaumont y Francés de Beaumont (hijo del señor de Arazuri). El ataque se realiza por varios puntos a la vez. Los soldados tras duros combates, conquistan las torres del recinto defensivo. Con el apoyo de algunos pro-españoles (seguramente de los Eguias), Francés de Beaumont aprovecha la noche y entra en la ciudad, ya que les abren una de las puertas más importantes. Una parte del ataque se produce por la parte del Puy. Por otro lado, soldados del Marqués de Comares en una intrépida acción suben por el río atravesando las presas y mantienen un duro combate en los alrededores del convento de San Francisco (actual ayuntamiento). Tras conseguir hacer retroceder al señor de San Martín y los suyos, consiguen forzar una puerta, (quizá la del Pópulo que estaba en el puente de San Martín). Los leales a los reyes de Navarra se repliegan hacia el convento de Santo Domingo y la iglesia de Santa María Jus del Castillo. Nuevamente los combates allí son muy intensos. Puede que sea ese el momento en el que la familia de los Eguia consigue encerrarse en la fortaleza de San Miguel junto a un centenar de beaumonteses estelleses y los hijos de Nicolás de Eguia, Pedro, Esteban, Miguel y Diego, al grito de ¡Viva Fernando de Aragón! Luis Correa, cronista castellano de la conquista de Navarra, nos relata parte de estos sangrientos sucesos heróicos en los que se decidía la independencia del Reino de Navarra. La resistencia en los castillos será explicada en la parte III de este artículo.